La glandula tiroides localizada en el cuello, produce las hormonas tiroideas que ayudan al cuerpo a utilizar energia, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazon, los musculos y otros organos funcionen normalmente.
La exposición a la radiación es un factor de riesgo probado para el cáncer de tiroides. Las fuentes de tal radiación incluyen ciertos tratamientos médicos y precipitación radiactiva de las armas nucleares o accidentes en plantas energéticas.
Haber recibido tratamientos de radiación dirigidos a la cabeza o al cuello durante la infancia constituye un factor de riesgo del cáncer de tiroides. El riesgo depende de la cantidad de radiación administrada y la edad del niño.
En general, el riesgo aumenta cuando se administran mayores dosis y mientras menos edad tenga el paciente al momento del tratamiento. Antes de los años ’60, se trataba a los niños algunas veces con bajas dosis de radiación para cosas que hoy día no usaríamos radiación, como el acné, infecciones con hongos en el cuero cabelludo, o amígdalas o adenoides agrandadas. Posteriormente, se descubrió que las personas que se sometieron a estos tratamientos tienen un mayor riesgo de cáncer de tiroides.
La radioterapia administrada a los niños para algunos cánceres, como linfoma, tumor de Wilms y neuroblastoma también aumenta el riesgo. Los cánceres de tiroides que se originan después de la radioterapia no son más graves que los otros cánceres de tiroides.
Los estudios por imágenes, tal como las radiografías y las tomografías computarizadas también exponen a los niños a radiación, aunque a dosis mucho más bajas. Por lo tanto, no está claro cuánto podrían aumentar estos estudios el riesgo de cáncer de tiroides (u otros cánceres).
Si existe un aumento en el riesgo, este probablemente sea pequeño, pero por cuestión de seguridad, los niños no deben someterse a estos estudios a menos que sea absolutamente necesario. Cuando estos estudios son necesarios, se debe usar la dosis más baja de radiación que provea una imagen clara.
Varios estudios han señalado un riesgo aumentado de cáncer de tiroides en niños, debido a la precipitación radiactiva de las armas nucleares o accidentes en plantas energéticas. Por ejemplo, el cáncer de tiroides era muchas veces más frecuente de lo normal en los niños que vivieron cerca de Chernobyl, el lugar donde en 1986 ocurrió un accidente en la planta nuclear que expuso a millones de personas a la radioactividad.
Los adultos que llevaron a cabo la limpieza después del accidente y aquellos que vivieron cerca de la planta también presentaron tasas más elevadas de cáncer de tiroides. Los niños que han tenido más yodo en sus dietas parecían tener un menor riesgo.
Después de las pruebas de armas nucleares en algunos estados del oeste durante los años 50, algo de precipitación radiactiva ocurrió en ciertas regiones de los Estados Unidos.
En los países atacados con armas con elemento radioactivos, mal llamado “uranio empobrecido”, están naciendo niños con graves malformaciones y ha aumentado en gran número el cáncer, sobretodo de tiroides
La exposición a la radiación cuando se es adulto, conlleva mucho menos riesgo de cáncer de tiroides.
Por que la glándula tiroides precisa especial protección luego de un escape de material radioactivo?
La glándula tiroides necesita iodo para producir las hormonas que regulan la energía y el metabolismo del cuerpo. La tiroides absorbe o capta el iodo disponible del torrente sanguíneo. La glándula no puede distinguir entre el iodo estable o regular del iodo radioactivo y va a absorber todo lo que le sea posible. En bebés y niños, la glándula tiroides es una de las partes del cuerpo más sensible a la radiación.
La mayoría de los accidentes nucleares liberan iodo radioactivo en la atmósfera el cual puede ser absorbido por el cuerpo. Cuando las células tiroideas captan demasiado iodo radioactivo, puede producirse cáncer de tiroides que se desarrollará varios años después de la exposición. Los bebés y los niños son los que tienen mayor riesgo. Este riesgo es menor para los individuos mayores de 40 años de edad.
El cáncer de tiroides parece ser el único cáncer cuya incidencia aumenta luego de un escape nuclear. El yoduro de potasio protege solamente a la glándula tiroides, pero este el órgano que corre más peligro frente al iodo radioactivo.
Que es el ioduro de potasio (KI)?
El ioduro de potasio (KI) es la misma forma de iodo utilizada para iodar la sal. El KI inunda a la glándula con iodo, previniendo de esta manera que el iodo radioactivo sea absorbido. Si se toma en el momento adecuado, el KI protege a la glándula tiroides del iodo radioactivo que provenga de diferentes fuentes: a través del aire, comida, leche y agua. El KI es una medicación que no necesita receta y puede adquirirse a través de Internet y en algunas farmacias. Se elabora en pastillas o en forma liquida.
Los productos de KI aprobados por la Food and Drug Administration FDA son: IOSAT (tabletas de 130 mg), THYROSAFE (tabletas de 65 mg) y THYROSHIELD (Solución de 65 mg/ml). Empaquetado en forma adecuada, el KI puede tener una fecha de vencimiento de 5 años y a veces hasta de 11 años. Si Ud. toma un comprimido vencido, puede ser que no funcione pero no le va a producir ningún daño.
Cual es la prueba que asegura que el KI funciona?
Luego del accidente nuclear de Chernobyl en 1986, vientos cruzados llevaron una nube radioactiva sobre Europa. Casi 3000 individuos fueron expuestos a esta radiación que desarrolló cáncer de tiroides en los 10 años siguientes. La mayoría de las víctimas habían sido bebés y niños que vivían en Ucrania,Belarus o Rusia al momento del accidente. La región de mayor riesgo se extendió en un radio de 200 millas (aproximadamente 321 Km.) desde Chernobyl.
Polonia, inmediatamente adyacente a Belarus y Ucrania, distribuyó KI a >95% de sus niños dentro de los tres días posteriores al accidente y no parece haber tenido un incremento en la incidencia de cáncer de tiroides.
Quien debería tomar KI?
Debido a que los niños son los que tienen mayor riesgo frente a la exposición al iodo radioactivo, el KI debe estar disponible para todos los niños. Además, debido al riesgo que corren los fetos que están en desarrollo, las mujeres embarazadas también deberían recibir KI frente al evento de un accidente nuclear. Los adultos tienen un riesgo menor, pero aun así pueden beneficiarse con el KI. Sumado al KI, debe darse prioridad a la evacuación y buscar un refugio, en una habitación sin ventilación con las ventanas y puertas cerradas.
Evitar alimentos, leche y agua contaminados. El KI no debe tomarse en lugar de cualquier otra medida preventiva.
Cuando debe tomarse el KI?
El KI llena a las células tiroideas y evita que la glándula capte el iodo radioactivo por aproximadamente 24 hs. Se debe tomar una dosis al día mientras están expuestos al iodo radioactivo hasta que el peligro se termine. El KI debe ser utilizado solamente bajo indicaciones de las autoridades de salud local.
No todos los escapes radioactivos incluyen el iodo radioactivo que puede causar cáncer de tiroides. Por ejemplo, una “bomba sucia” no contiene iodo radioactivo porque tiene una vida media corta. (Una “bomba sucia” es una bomba convencional con material radioactivo mixto y esta diseñada para explotar y eliminar isótopos radioactivos y contaminar un área determinada. Las autoridades de salud pueden determinar que tipo de isótopos radioactivos se han liberado durante un evento nuclear. Si se ha producido el escape de iodo radioactivo, las autoridades de salud indicarán cuando y cuanto tiempo se debe tomar el KI.
Cuales son la dosis recomendadas de KI?
La FDA recomienda las siguientes dosis:
Edad Dosis
0-1 mes 15 mg
1 mes -3 años 30-35 mg
3-12 años 65 mg
>12 años 130 mg
La manera más sencilla para preparar 16 mg para los recién nacidos menores a 1 mes es disolver una píldora de 130 mg en 225 ml (8oz) de agua y darle al bebé 28 ml (1oz) del líquido.
Quienes no deberían tomar KI?
Millones de personas han tomado KI pero se han informado muy pocos efectos adversos. Las únicas personas que no deberían tomar KI son aquellos que han tenido reacciones alérgicas mayores al iodo. Durante una emergencia nuclear, el beneficio del KI supera con creces cualquier otro riesgo potencial. Los adultos mayores de 40 años no necesitan KI a menos que estén expuestos a niveles extremadamente elevados de iodo radioactivo.
Los pacientes con enfermedad tiroidea pueden tomar de manera segura los comprimidos en las dosis recomendadas por la FDA. Si se toman por un tiempo suficientemente largo, el KI puede producir hipotiroidismo temporario (una glándula poco activa o funcionante)
“Suficientemente largo” es diferente para cada individuo. Un tratamiento prolongado puede ser un serio problema para los niños, estos niños deberá ser evaluados más adelante por un médico. Los pacientes con Enfermedad de Graves (hipertiroidismo) o con nódulos tiroideos autónomos (funcionantes) también debes ser evaluados a posteriori.
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